Su 23% de THC y su subidón cerebral y motivador, son suficientes para convencer a cualquiera.

 Además de esto, su singular sabor a vainilla la diferencia del resto de variedades. Y para rematar, es una gran productora, tanto en interior como en exterior. 

 Comenzó con la Y Life, un cruce de Girl Scouts Cookies y Cherry Pie.

 Como puedes imaginar, esta variedad ha heredado de su ascendencia unos terpenos muy dulces y afrutados. Sus altos niveles de THC convergen con estas moléculas aromáticas para ejercer un efecto edificante y divertido.

Sus cogollos son muy pegajosos, señal inequívoca de que están repletos de fitoquímicos interesantes. Cuando pruebes estos cogollos, sentirás cómo el peso de su 23% de THC te cae encima.

 Prepárate para un subidón edificante y duradero que te provocará un estado mental creativo. Podrás apreciar en cada calada intensas notas de vainilla y arándanos.

 Estos sabores no solo proporcionan fumadas muy placenteras, sino que también son geniales en comestibles como brownies y pasteles.